Entre el Cielo y la Tierra

David miraba por la ventanilla del avión y veía como se acercaba a la ciudad.

Sacó su celular…

Marcó el número de su esposa, rezando que entrara la llamada…

  • ¿Hola? – oyó la voz de Paula, dulce y alegre.
  • Hola, mi amor – dijo David.
  • ¿Qué pasa? ¿Ya llegaste? – preguntó Paula.
  • No, todavía no, sigo en el avión, pero quería llamarte para decirte algo – contestó David.
  • ¿Qué cosa? – preguntó Paula, curiosa.
  • Quería decirte que te amo – dijo David, con voz entrecortada – Que eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Que me siento afortunado de haberte conocido y de haber compartido tantos momentos contigo. Que eres una mujer increíble, una esposa maravillosa y una madre ejemplar.
    Que me haces feliz cada día con tu sonrisa, tu apoyo y tu comprensión. Que eres mi sueño hecho realidad.
  • David… ¿qué te pasa? – preguntó Paula, preocupada – ¿Estás bien?
  • Sí, sí, estoy bien – mintió David – Solo quería decirte todo eso, porque a veces no lo digo lo suficiente.
  • David, me estás asustando – dijo Paula – ¿Está pasando algo malo?
  • No, no, tranquila – dijo David – Todo está bien. Solo quería expresarte mis sentimientos. Te amo, Paula. Te amo con todo mi corazón.
  • Yo también te amo, David – dijo Paula – Eres el hombre de mi vida. El padre de mis hijos. Mi compañero de aventuras. Mi mejor amigo. Mi alma gemela.
  • Gracias, Paula – dijo David – Gracias por todo. Por favor, cuida de nuestros hijos. Diles que los amo mucho. Y que estoy orgulloso de ellos.
  • David, por favor, dime qué está pasando – insistió Paula – Me estás poniendo nerviosa.
  • Nada, nada, no te preocupes – dijo David – Solo escucha mi voz. Escucha lo que te digo. Eres mi todo, Paula. Eres mi razón de vivir.
  • David… – dijo Paula.

David oyó un estruendo y sintió un golpe. El avión se sacudió David soltó el celular y se aferró al asiento. Miró por la ventanilla y vio el suelo acercarse cada vez más rápido. Cerró los ojos y pensó en Paula. En su rostro, en sus ojos, en sus labios. En su abrazo, en su calor, en su aroma. En su amor.

  • Te amo, Paula.

Fue lo último que dijo David antes de que el avión se estrellara.

Minutos antes

El vuelo 712 se encontraba en proceso de aterrizaje estaba comenzando a descender, cuando de repente, un temblor sacudió la aeronave. Los pasajeros, que estaban disfrutando de sus actividades a bordo, se vieron sorprendidos por la inusual turbulencia. La tripulación, visiblemente nerviosa, comenzó a apresurarse por el pasillo.

Una de las azafatas, Carolina, tomó el micrófono del altavoz y habló con voz temblorosa: “Lamento interrumpir su vuelo, pero les informamos que estamos experimentando una turbulencia inusual. Les pedimos que permanezcan en sus asientos y abrochen sus cinturones de seguridad inmediatamente”.

**Jesús (Capitán)**: (con voz calmada) “Control de Tráfico Aéreo, este es el vuelo 735, hemos experimentado un impacto de aves a media altura. Solicitamos asistencia y confirmación de nuestro estado de emergencia.”

**Control de Tráfico Aéreo (ATC)**: “Vuelo 735, entendido. Le autorizamos a declarar un estado de emergencia. ¿Cuál es su estado actual y sus intenciones?”

**Jesús (Capitán)**: “ATC, estamos a 10,000 pies y experimentamos una pérdida de potencia en el motor izquierdo debido al impacto con aves. Mantenemos el control del avión, pero estamos declarando una emergencia.”

**Control de Tráfico Aéreo (ATC)**: “Vuelo 735, comprendido. Le proporcionaremos instrucciones para el aterrizaje. Por favor, siga las directrices y mantenga informado su estado de emergencia.”

**Miguel (Copiloto)**: “Capitán, hemos perdido la potencia en el motor izquierdo y estoy ajustando el equilibrio de combustible. Los sistemas están funcionando dentro de los parámetros seguros.”

**Jesús (Capitán)**: “Gracias. Vamos a seguir procediendo al aeropuerto. Los procedimientos de motor y el control de vuelo están dentro de los límites seguros. Mantengamos la calma y sigamos el protocolo.”

El motor derecho empezó a fallar por el impacto de las aves, varias aspas del motor se aflojaron y fueron absorbidas por el motor, este se empieza a despedazar y las láminas internas salen volando impactando con el ala y parte del fuselaje, causando perdida en las líneas hidráulicas, resultando en pérdida del control.

**Miguel (Copiloto)**: “Capitán, estamos teniendo problemas con el motor derecho ahora. Hemos perdido empuje y estamos perdiendo altitud rápidamente.”

**Jesús (Capitán)**: “Mantén la calma. Esto es complicado, pero podemos manejarlo. Establecemos velocidad de descenso segura y buscamos opciones de aterrizaje cercanas.”

**Control de Tráfico Aéreo (ATC)**: “Vuelo 735, entendido. Les proporciono una ruta hacia el aeropuerto más cercano en una zona militar. Coordinamos la prioridad de aterrizaje. ¿Pueden confirmar su velocidad y altitud actual?”

**Jesús (Capitán)**: “ATC, estamos a 5,000 pies y disminuyendo rápidamente. Velocidad actual de 200 nudos. Pérdida de control parcial. No creo que alcancemos a llegar”

**Miguel (Copiloto)**: Hemos perdido completamente el empuje. Los indicadores muestran daños significativos en las líneas hidráulicas y hay señales de fuego en el motor derecho.”

  • Capitán (por el sistema de comunicación del avión): “Les habla el Capitán, prepárense para impacto”.

Las palabras de las azafatas resonaban con urgencia mientras se apresuraban a verificar que todos los pasajeros tuvieran su cinturón de seguridad correctamente abrochados. Los pasajeros, visiblemente preocupados, seguían las instrucciones, agachándose en sus asientos y preparándose para lo que venía.

  • Azafata Carolina (mientras avanza por el pasillo): “Prepárense, prepárense, prepárense, agachados, agachados”.
  • Azafata Lisa (siguiendo su ejemplo): “Prepárense, prepárense, prepárense, agachados, agachados”.

La cabina se llenó de un sentimiento tenso mientras los pasajeros mantenían la calma, aferrándose sus asientos. Las azafatas continuaron proporcionando apoyo y tranquilidad, asegurando a los pasajeros que la tripulación estaba haciendo todo lo posible para garantizar su seguridad.

  • Copiloto Miguel (con resignación): “Sabes muy bien que es imposible llegar”
  • Capitán Jesús (calmadamente): “Lo sé muy bien, tenemos que intentar minimizar las víctimas, nos alejaremos de la ciudad e intentaremos un aterrizaje forzoso.”

Miguel asintió y miró por la ventana. Vio una carretera que parecía lo suficientemente ancha y recta, y que no tenía mucho tráfico. Señaló con el dedo y dijo:

  • Copiloto Miguel: Ahí, ¿qué te parece?
  • Capitán Jesús: Perfecto. Vamos para allá -dijo, y empezó a maniobrar el avión con dificultad hacia la carretera.

Configuró el avión para el aterrizaje. Desplegó el tren de aterrizaje, los flaps y el aerofreno.

Mientras tanto, en la cabina, los pasajeros sienten el descenso brusco del avión y el miedo se apodera de ellos. Los pasajeros estaban aterrorizados. Algunos rezaban, otros lloraban, otros se abrazaban. Nadie sabía lo que iba a pasar.

  • Capitán Jesús (con voz tensa): “¡Prepárense para el impacto!”

El avión toca tierra en la carretera con un fuerte impacto. A pesar de sus esfuerzos por nivelar el avión, los trenes de aterrizaje se rompen, el fuselaje inferior se empieza a partir y los motores se incendian completamente.

El avión se deslizó por la carretera, haciendo un ruido ensordecedor y levantando una nube de humo. Los coches que circulaban por la carretera se apartaron y algunos chocaron entre sí.

El avión se detiene en una planicie de tierra junto a la carretera. Con el fuselaje destrozado y unas llamas que alcanzan decenas de metros de altura.

De repente, el estruendo de helicópteros se escucha en el aire. Tres helicópteros militares de la Fuerza Aérea Mexicana se aproximan rápidamente a la escena. Se escucha el sonido de sirenas de vehículos de auxilio aproximándose rápidamente.

Paula estaba en el hospital, esperando noticias sobre David. Había recibido una llamada de la aerolínea, informándole que el avión en el que viajaba su esposo había sufrido un accidente y que había sobrevivientes, pero no le habían dado más detalles. Paula estaba angustiada, sin saber si David estaba vivo o muerto, si estaba herido o ileso, si la volvería a ver o no.

De repente, vio a un médico acercarse a ella, con una expresión seria.

Paula se levantó y corrió hacia él, con el corazón en la boca.

  • ¿Qué pasó? ¿Qué pasó con mi esposo? – preguntó Paula, con voz temblorosa.
  • Su esposo es David González, ¿verdad? – preguntó el médico.
  • Sí, sí, él es. Por favor, dígame cómo está – rogó Paula.
  • Su esposo es un milagro – dijo el médico – Según los informes, él se encontraba donde fue el punto de quiebre del fuselaje. Tiene algunas fracturas, pero está consciente y estable. Puede verlo si quiere.
  • ¿De verdad? ¿Está bien? ¿Puedo verlo? – preguntó Paula, incrédula.
  • Sí, sí, puede verlo. Está en la habitación 12. Sígame – dijo el médico.

Paula siguió al médico por el pasillo, sintiendo una mezcla de alivio y emoción. No podía creer que David estuviera vivo y bien. Se preguntaba qué había pasado en el avión, cómo había logrado sobrevivir, qué había sentido al pensar que iba a morir.

Llegaron a la habitación 12 y el médico abrió la puerta. Paula entró y vio a David acostado en una cama, con una venda en la cabeza y un suero en el brazo. Al verla, David sonrió y extendió su mano.

  • Paula…
  • David…

Paula se lanzó a los brazos de David y lo abrazó con fuerza. David la rodeó con sus brazos y la besó en la frente.

  • Te amo, te amo, te amo – dijo Paula.

Yo también te amo, yo también te amo, yo también te amo – dijo David.

Presentador del Noticiero: “¡Buenas tardes! Les traemos una noticia asombrosa en el mundo de la aviación. Gracias a la rápida y valiente acción de los pilotos del vuelo 735 y las condiciones favorables del clima y el suelo, tenemos un milagro que contar.”

Presentador del Noticiero: “El reporte de aviación ha declarado que los 160 pasajeros a bordo del vuelo 735 sobrevivieron al aterrizaje forzoso, aunque 37 pasajeros se declaran graves los informes médicos nos indican que están estables.”

Presentador del Noticiero: “Las condiciones climáticas húmedas y el suelo suave jugaron un papel crucial en este desenlace milagroso, también al ser el final de recorrido de la aeronave le quedaba poco combustible por lo cual la rápida intervención de los bomberos fue clave para apagar rápidamente las llamas. La rápida respuesta de los equipos de rescate, incluyendo la Fuerza Aérea Mexicana y Protección Civil, también contribuyó a garantizar la seguridad de todos los ocupantes.”

Presentador del Noticiero: “Este aterrizaje forzoso ha demostrado el poder de la coordinación y el coraje humano. Un testimonio de esperanza en medio de la adversidad.”

Presentador del Noticiero: “Hoy, una historia de supervivencia y valentía que nunca olvidaremos. Los 160 pasajeros y la tripulación del vuelo 735 han demostrado que, en los momentos más oscuros, la humanidad puede brillar más fuerte. Gracias a todos los involucrados por este milagro en los cielos de México.”

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