En las profundidades de la noche, un taxista llamado Abel se encontró con una misteriosa mujer vestida de luto en un cementerio. A pesar de la hora y el lugar, decidió llevarla. La mujer, de nombre Socorro, le pidió que la llevara a 7 iglesias diferentes para rezar. Aunque las iglesias estaban cerradas, ella se detuvo en cada una para ofrecer una oración silenciosa.
Al final del viaje, Socorro no tenía dinero para pagarle a Abel. En su lugar, le entregó una medalla con su nombre y una carta para su hermano, prometiendo que él pagaría el viaje. Abel, aunque sorprendido, aceptó y dejó a Socorro en el cementerio.
Al día siguiente, Abel fue a cobrar el viaje. Sin embargo, cuando llegó a la casa indicada en la carta y se encontró con el hermano de Socorro, descubrió que Socorro había fallecido hace 2 meses. El hermano de Socorro pagó el viaje y Abel se fue, dejando atrás la casa con una sensación de asombro y miedo.
Desde entonces, la historia de la Dama Enlutada ha circulado por toda la Ciudad de México. Se dice que su espíritu todavía vaga por las calles en las profundidades de la noche, buscando un taxi que la lleve a rezar por su alma.