La Leyenda del Puente del Clérigo

Hace mucho tiempo, en la ciudad de México, vivía un sacerdote llamado Fray Juan de San Miguel, que era el tío y tutor de una hermosa joven llamada María. Fray Juan era un hombre piadoso y bondadoso, que se dedicaba a ayudar a los pobres y a predicar el evangelio. María era una muchacha dulce y virtuosa, que quería mucho a su tío y le obedecía en todo.

Un día, llegó a la ciudad un noble portugués llamado Don Pedro de Almeida, que venía a hacer negocios con el virrey. Don Pedro era un hombre rico y poderoso, pero también arrogante y cruel. Al ver a María, se enamoró perdidamente de ella y quiso hacerla su esposa. Sin embargo, Fray Juan se opuso a ese matrimonio, pues sabía que Don Pedro no era un buen partido para su sobrina. Además, María ya estaba comprometida con un joven caballero español llamado Don Diego de Mendoza, que era el amor de su vida.

Don Pedro no se dio por vencido y trató de convencer a Fray Juan con regalos y halagos, pero el sacerdote se mantuvo firme en su negativa. Entonces, Don Pedro recurrió a la violencia y amenazó con matar a Fray Juan si no le entregaba a María. Fray Juan no se dejó intimidar y le dijo que prefería morir antes que traicionar a su sobrina. Don Pedro, enfurecido, juró vengarse de él.

Una noche, cuando Fray Juan regresaba de la iglesia, fue asaltado por unos sicarios que lo golpearon y lo apuñalaron. Luego, lo arrastraron hasta el río y lo arrojaron al agua desde un puente. El cuerpo del clérigo quedó flotando en el río, mientras su sangre teñía el agua de rojo.

Al día siguiente, María se enteró de la muerte de su tío y quedó destrozada por el dolor. Don Pedro aprovechó la ocasión para presentarse en su casa y ofrecerle su consuelo. Le dijo que él había sido testigo del crimen y que había reconocido a los asesinos. Le prometió que haría justicia por Fray Juan y que la protegería de todo mal. Le pidió que se casara con él y que se fuera con él a Portugal.

María no sospechó nada y creyó en las palabras de Don Pedro. Pensó que él era un hombre bueno y generoso, que la amaba de verdad y que quería ayudarla. Aceptó casarse con él y se preparó para partir.

Sin embargo, esa misma noche, cuando Don Pedro fue a buscarla, se encontró con una terrible sorpresa. Al llegar al puente donde había arrojado el cadáver de Fray Juan, vio una figura blanca que se levantaba del río. Era el fantasma del clérigo, que había vuelto para vengarse de su asesino.

El espectro se abalanzó sobre Don Pedro y lo agarró por el cuello. Con una fuerza sobrenatural, lo estranguló hasta quitarle la vida. Luego, lo arrojó al río junto a su cuerpo.

María esperó en vano a Don Pedro toda la noche. Al amanecer, supo la verdad sobre lo ocurrido. Se enteró de que Don Pedro había sido el autor del crimen de su tío y que había planeado engañarla y llevársela lejos. Se sintió traicionada y engañada por el hombre que creía amar.

María no pudo soportar tanto dolor y se quitó la vida con un puñal. Su cuerpo fue encontrado junto al altar donde debía casarse con Don Pedro.

Desde entonces, se dice que el puente está embrujado y que se escuchan los lamentos del clérigo y los gritos del portugués. Muchos aseguran haber visto sus fantasmas rondando por el lugar, buscando eternamente el descanso de sus almas.

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