Él No Era Él

Ella vivía en España y él en Argentina. Se conocieron por internet, en un foro de escritores aficionados. Compartían su pasión por las letras, sus sueños de publicar algún día, sus miedos e inseguridades.

Se escribían todos los días, se enviaban sus relatos, se daban consejos y ánimos. Se hicieron amigos, confidentes, cómplices. Se enamoraron.

Pero nunca se vieron. La distancia, el dinero, el tiempo, las circunstancias… siempre había algo que impedía que se encontraran en persona.

A veces lo hablaban, hacían planes, se ilusionaban. Otras veces lo evitaban, sabiendo que era una quimera, una fantasía. Pero siempre se querían, se respetaban, se apoyaban.

Un día, ella recibió una buena noticia: una editorial había aceptado su novela. Estaba feliz, emocionada, orgullosa. Lo primero que hizo fue llamarlo a él, para compartir su alegría. Él la felicitó, la alabó, la animó. Le dijo que estaba orgulloso de ella, que era su inspiración, que la amaba. Ella le dijo lo mismo.

Pero también le dijo algo más: que había decidido viajar a Argentina, para conocerlo por fin. Que había ahorrado lo suficiente, que había pedido vacaciones en el trabajo, que había comprado el boleto. Que quería abrazarlo, besarlo, mirarlo a los ojos. Que quería estar con él.

Él se quedó sin palabras. No sabía qué decir. Sentía una mezcla de felicidad y miedo, de ilusión y duda, de amor y culpa.

Porque él le había mentido.

Porque él no era quien decía ser.

Ella llegó a Argentina, llena de ilusión y esperanza. Lo había esperado durante tanto tiempo, y por fin estaba allí.

Él la recibió en el aeropuerto. Era guapo, amable, cariñoso. Todo era perfecto.

Él la llevó a un lugar apartado, en medio de la nada.

Ella no entendía lo que pasaba.

Él le confesó la verdad.

Se había dedicado a engañar y secuestrar mujeres por internet durante años.

Ella se quedó paralizada, horrorizada.

Él la agarró por el cuello y la empezó a estrangular.

Ella luchaba por respirar.

El mundo se le empezaba a oscurecer.

Ella entendió todo.

Él no era él.

Él Era Un Monstruo.

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